The Doors.

Y los Doors no podrían haber recibido a la nueva década de una mejor manera, volviendo musicalmente a las raíces y con Morrison tomando de nuevo el timóm del asunto. Krieger ayudará a Jim con la música de algunos temas pero no escribirá ninguna letra en esta oportunidad.
Otro que volverá a un primer plano es Manzarek, cuya labor habia quedado un tanto desdibujada en el disco anterior.
Según Jim: "Nuestra música retronó a su forma temprana, usando solo cuatro instrumentos. sentimos qeu fuimos demasiados lejos en la otra dirección, por ejemplo en la orquestación, y quisimos volver al formato básico original."
Realmente volvieron renovados, la banda (el tandem Manzarek/ Densmore/ Krieger) sonando como nunca, impecable y cohesionadamente, con fuerza o tusileza según el tema lo requiera e instrumentalmente cada uno de ellos llegando a alturas increíbles.
A Morrison, a quien se lo nota realmente metido en lo que está haciendo, comienza a mostrar los signos de erosión en su garganta por culpa del alcohol.
La casi totalidad de la crítica saludó con alegría este trabajo, mas orientado al blues y al rock que cualquiera de los anteriores, con mucha fuerza y y vitalidad. Por supuesto que el único medio especializado importante que no opinó como la mayoria fue la célebre revista "ROLLING STONE", que parece tener una especie de aberración por Jim Morrison y su trabajo. (Como muestra de de esto tenemos el artículo sobre los Doors que firma Lester Bangs en el libro "THE ROLLING STONE ILUSTRATED HISTORY OF ROCK AND ROLL" (1975), una de las biblias sobre el tema, donde en la mísera página que les dedican, Morrison es tratado como: "payaso; violento; caricaturesco; exihibicionista; borracho patético; poco profesional; etc."
El clásico "Roadhouse Blues" abre el lado uno a toda marcha, en una onda bien negra, destacándose el sabroso condimento de la armónica de Johnn Sebastian, que en un pasaje mantiene un excitante duelo con la guitarra de Krieger. Un tema ideal como para ser usado como apertura de una "Road Movie", o para ser escuchado a todo volumen en la ruta. Lonnie Marck, que en realidad es un excelente guitarrista de blues, aporta su ductilidad en el bajo para conformar una estupenda base junto a Densmore (se acoplaría a la banda como quinto integrante para varios shows, pero en el puesto de primera guitarra, pasando a Robbie a la títmica o a una ocasional primera.)
"Waiting For the Sun" es el aggionarmiento del vieja tema que diera titulo al tercer lp pero que no apareció en el mismo; de un comienzo bastante original se destaca el uso del sintetizador por parte de Manzarek, dándole una fuerza orquestal al tema mucho más certera qeu lo intentado en "The Soft Parade" con una orquesta convencional.
Ray pasará al piano para "You Make Me Real", lo más cercano al rock and roll ortodoxo que hayan grabado los Doors; nada más y nada menos que eso.
Casi sobre el final de lado uno encontramos una de las joyas del disco, "Peace Frog" (que va unido a la sueave balada de amor "Blue Sunday" ) un tema con el ya clásico sonido Doors (aunque Robbie lo comence pisando con el Wha-Wha), cortes, cambios de rítmo, recitados y una letra que hace refencia a la brutal represion que se vivió a fines del sesenta, por reclamos estudiantiles, anti-Vietnam, los derechos ciiles de los negros, etc., (durante el tema se menciona la palabra "sangre" diecisiete veces).
"Ship of Fools" ("Barcos de Locos", título que seguramente le debe haber inspirado su admirado Rimbaud) muestra a Jim cantando otra especie de parábola ecologista, que sin ser mala se ve opacada en comparación al material que le antecede.
Para Morrison el mar, y todo lo que a él se refiera, es sinónico de vitalidad, lo que se advierte claramente en ese alegre remedo de canción marinera que abre el lado dos: "Land Ho!" ("Tierra a la vista!" ).
En "The Spy" vuielve el blues y la gutarra con slide de Robbie; interesante letra de Jim sobre el amor posesivo y la paranoia.
Dedicada a su amor, Pamela Courson, "Queen of the Highway" destaca por su letra autobiográfica: "El era un monstruo/ Vestido de cuero negro/ Ella era uyna princesa/ Reina de la autopista". Sutil y suave "Indian Summer" es otro exquisito tema de amor en donde Robbie y John enseñan lo que es tocar con delicadeza y clase.
A semejanza del lado uno, el dos culmina con un tema flojo, "Maggie M´Gill", que se salva por su esencia blusera.
Con "Morrison Hotel" (el nombre viene de un hotel real ubicado en uno de los suburbios más sórdidos de Los Angeles) los Doors salen de su criss compositiva ofreciendo un paquete de composiciones fuertes e inspiradas, reformadas por el hecho de poder haber ido puliéndolas en vivo antes de entrar a grabar.
El público celebró este regreso encumbrado al disco hatas el Nº 4 en las listas, y los críticos de las principales revistas de Rock como "Creem" o "Circus" (exceptuando la ya mencionada "Rolling Stone" ) lo señalaron como: "uno de los merjores discos que escuché en mucho tiempo" o "posiblemente el mejor álbum de los Doors".
Tal vez la revista "Rock Magazine" sea la qeu haya dado en el clavo con respecto al aporte de esta placa, en un comentario que no será muy técnico pero sí certero: "Decís que Morrison ya no es más sexy; se esta volviendo viejo y gordo. Bueno, uno no puede ver a un panzon en un disco pero puede escuchar pelotas, y el quinto álbum de los Doors es, sin ninguna duda, su álbum con más pelotas (y el mejor) hasta la fecha".